Por ahí tengo escrito que me gustaría jubilarme cerca del terreno de los periodistas, hermoso oficio por el que trazan su vida profesionales como García Márquez, Alma Guillermoprieto o John Lee Anderson; ellos y muchos más. Hoy he aprendido que ser periodista no es cuestión de edad, los hay (eso me han contado) que ni siquiera han cruzado los 30.
Paseaba mi alma por el centro de trabajo y escuchaba a un "compañero" que labora para un programa de TVE, "España Directo" se llama (el programa, no él). Creo que le oía porque creo que quería hacerse oir. Móvil en mano, 70 decibelios en el ambiente, decía más o menos a no importa quien:
"Yo soy el periodista, el que sale en pantalla, seguro que me has visto por la tele, ..."
Y he meditado si no será que el divismo ha tumbado al rigor. Y llevo la tarde pensando si no será que el show le gana el pulso al oficio. Y preso del sosiego y por tanto de la calma me acordaba de aquel que dice que alguien puede estar pretendiendo "blanquear" TVE (si se blanquea TVE estoy convencido que el resto de cadenas se pintaran del rojo que tinta el sonrojo). Y sin ninguna razón pensaba que quizás por eso los informativos de la tele se pasan el invierno hablando del frío y el verano hablando del calor. Y si llueve porque llueve y si no llueve porque no se venden paraguas.
Y en estas ha llegado Ander, de quien algo tengo escrito en la columna de la derecha. Cuatro veces la misma pregunta ¿Papá, pero por qué fusilan a una persona? ¿Por qué le cosen una diana en el corazón? y he pensado si no habrá periodistas que ni siquiera han cruzado los 13. Y buscando buscando alguna respuesta he llegado a un vídeo y he encontrado las claves que no me han contado las teles. Ander lo ha entendido a la primera:
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3 comentarios:
Lindo vídeo, periodista.
Pues que siga preguntandose esas cosas :-)
(Cuando lo deje de hacer, echate a temblar)
"El debate siempre está abierto en este tema. Hace poco comentaba con una compañera que los periodistas estamos para contar lo que vemos, que tenemos que ser absolutamente conscientes de que SOLO somos intermediarios entre lo que pasa y lo que se conoce; que nuestro jefe no es el dueño del medio, sino la persona que nos escucha, nos lee o nos ve.
Salirse de este carril creo que es traicionar el principio fundamental de nuestra profesión. Bien sabes que nunca quise ser "el que se ve en la tele". Siempre pensé que un periodista encastrado en una noticia es un estorbo para el hecho, aunque su presencia se pudiera justificar en la mayor credibilidad de la información por su presencia en el lugar de los hechos, pero -como bien dices- el show gana el pulso al oficio y en este asunto temenos que ser absolutamente beligerantes. No somos nada que merezca la pena formar parte del hecho y, actualmente, con demasiada frecuencia, los periodistas nos consideramos el hecho en sí mismo y ponemos de manifiesto que es nuestra presencia la que da lustre y prestigio a una noticia.... Tontos del culo, egocéntricos y traidores sociales, sí que somos con esta actitud."
Un fuerte abrazo
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