El periodismo de los marionetas (carta a Javier Caraballo Ordónez)

Tengo 3 opciones. De más díficil a más fácil son. Primera, intentar que el periódico EL MUNDO rectifique una información que entiendo sesgada y mentirosa. Segunda, comprar la mayoría de las acciones de UNIDAD EDITORIAL y desde ahí intentar convencer a Pedro J. que el derecho a la rectificación ennoblece y no degrada. Tercera, publicar en el BLOG lo que creo tengo que decir. La elección no ha sido difícil; la he llamado "El periodismo de los marionetas" y tiene que ver con esos profesionales que entienden el periodismo desde una de las dos trincheras posibles. En una caben quienes entienden esto como un oficio en el que los periodistas somos los profesionales a quienes nos es delegado y somos depositarios de un derecho, el de la información, del que es dueño la sociedad y sus ciudadanos. En la otra trinchera están los periodistas que se pasan el día diciendo que son independientes para que no se les note o se les note poco la dependencia. Comienzo.

Mi nada estimado Francisco Javier Caraballo Ordóñez y compañía, nada confío que por respeto a vuestros lectores me permitáis hacer uso en el periódico para el que trabajáis de los derechos de rectificación y réplica. Bajo este supuesto y con toda la corrección que la cortesía recomienda me permitiré deciros que avergonzáis el nombre del periodismo. Ni sois ni seréis conscientes de lo mucho que practicáis aquello mismo que creéis combatir. Algún muy buen amigo lo llama “el periodismo de los marionetas”.


Ahí y sin tú saberlo, en el periodismo de los marionetas, me pretendiste el 29 de noviembre del 2001, me pretendiste tú y me pretendieron tus jefes. Yo era editor de informativos de TVE en Andalucía, por lo mucho que parecen importarte las siglas de quienes gobiernan (y ahí desnudas tu percepción del periodismo) te diré que era tiempo para el Partido Popular. Tú y quienes como tú entienden el oficio pretendisteis, decía, que mintiéramos a los millones de espectadores que cada día sintonizaban con los Telediarios nacionales de TVE.

Como bien sabes no lo hicimos, a pesar de los desesperados intentos de quienes tú querías controlar. Pretendiste glorias ante una información que estaba rebozada en vergüenzas. A los responsables de informativos de TVE en Andalucía, a quienes lo pretendimos, nos costó no contaminarnos en aquel lodazal; creo que lo conseguimos. Un excelente Jefe de Informativos, Rafael Rodríguez, y 2 periodistas jóvenes de esos que entienden el oficio, Natalia Garmendia y Sebastián García, tardaron apenas 2 horas en alejarse de vuestra mentira de portada; aquella en la que, decíais, llevabais trabajando semanas. Sólo había que mirar con honestidad para llegar a la misma conclusión que luego evidenciaría la sentencia 12/2010 del Juzgado de lo Penal nº 3 de Sevilla, esa que, entre otras muchas perlas, avaló que los periodistas de EL MUNDO (entre ellos Javier Caraballo) actuaron con “negligencia relevante” y “sin haber realizado la menor comprobación de la veracidad de tal atribución, carente de cualquier corroboración y procedente de una fuente con la que ni siquiera habían tenido un contacto personal”. La sentencia, que dice y dice y no calla, también señala que::
La decisión de publicar la información en esas condiciones pudo ser precipitada y poco ajustada a las exigencias de una profesionalidad responsable”
Aquellos escuderos informativos, que tanta gloria os dieron, tienen la misma credibilidad que los que ahora os incitan a publicar la también exclusiva de la página 26, “El Mundo Andalucía”, del domingo 6 de marzo. Es una página a la que nada soy asiduo porque en nada me interesa esa práctica profesional que tanto entrenas. Ahí y sin tú tener idea de lo que escribes (o te escriben) se publica que el Director del C.T de TVE en Andalucía (del que es difícil discrepar más que yo) … “ha desplegado un férreo control sobre los contenidos de carácter político, apoyado en esto por el sindicato Comisiones Obreras, mayoritario en el Comité y controlado por el que fuera jefe de informativos con el PSOE, Roberto Lakidain, liberado sindical desde hace años”… Mi nada estimado y algo mentiroso Caraballo, es difícil estar más equivocado.



Ni aún pretendiéndolo es fácil escribir con menos rigor y con mayor falta de decencia profesional. Tus fuentes, permíteme decirlo, son de tercera división. Son profesionales que, no les interesa otro, practican un periodismo de Gran Hermano; muy parecido al que tú ejercitas en lo que aquí nos ocupa. Esas fuentes, en este artículo, no pretendían otra cosa que expulsar un eructo que les oprimía el esternón y al querer soltar el aire les ha salido un vómito de 24 líneas. Todavía, ya te adelanto, les queda dentro un cargamento de bilis.

Permíteme ir terminando. Aunque te imagino poco solvente en el oficio, te lo digo como lo pienso, te considero con ciertas actitudes intelectuales dignas de ser consideradas. Y aunque sea una lástima que no sepas administrar correctamente el juego de tus neuronas, me permitiré sugerirte 2 ideas de alguien que está situado en las antípodas del lugar en el que tú asientas las posaderas del oficio. Sé que te harán reflexionar, sé que a tus escuderos informativos les oprimirá más el pecho. Prepara un hueco en la página del próximo domingo. Habla Tomás Eloy Martínez:

“Al lector no se lo distrae con fuegos de artificio o con denuncias estrepitosas que se desvanecen al día siguiente, sino que se lo respeta con la información precisa. Cada vez que un periodista arroja leña en el fuego fatuo del escándalo está apagando con cenizas el fuego genuino de la información. El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”.

“De todas las vocaciones del hombre, el periodismo es aquella en la que hay menos lugar para las verdades absolutas. La llama sagrada del periodismo es la duda, la verificación de los datos, la interrogación constante. Allí donde los documentos parecen instalar una certeza, el periodismo instala siempre una pregunta. Preguntar, indagar, conocer, dudar, confirmar cien veces antes de informar: esos son los verbos capitales de la profesión más arriesgada y más apasionante del mundo”.

P.D. Si en algo estás interesado por el compromiso de Comisiones Obreras para que en RTVE  (ayer, hoy y mañana) la información cumpla con la misión que como servicio público nos es encomendada, no tienes más que llamarnos. Sin prejuicios.

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7 comentarios:

Juan Tortosa dijo...

Mi querido Roberto, toda mi solidaridad.

Anónimo dijo...

Caraballo se te ve en la cara, tienes algo metido dentro y no te sale, deja que fluya como el rio y estarás más suelto. Te han dado donde mereces.

Roberto Lakidain dijo...

Juan, aquí entre nosotros, me ha resultado divertido el juego. No sabía que todavía a estas alturas EL MUNDO abría sus páginas a la sucursal de 13 Rue del Percebe y sus vecinos. Abiertas esas puertas-páginas no imaginaba que no subían más allá del blablablaismo de la portería.

En cualquier caso siempre es agradable el cruce de abrazos, sobre todo si abrazan con el calor del periodismo :-)

Ana dijo...

Me gusta sobre todo el equilibrio y la posibilidad de que cada uno diga lo que piensa, y yo tengo muy claro qué pensar. Si el MUNDO dice negro ya sé dónde no es necesario mirar, por cierto Rober he buscado el artículo y no soy capaz ¿me lo puedes enviar?

Ramón dijo...

Ya sabes que en la profesión hay quien escribe mal si no huele la sangre y a falta de sangre le echan colorante a la cosa. Jajaja

Anónimo dijo...

Siempre elegante Roberto, ¡cada quién se arropa con los escuderos que tiene a mano! Hay quienes venís a dar luz a la profesión y hay quien no está dispuesto/a ni a cambiar las bombillas, y eso que no necesitan muchas instrucciones sobre el arte de hacer la rosca.

Anónimo dijo...

He tenido el horible infortunio de tener que trabajar con Javier Caraballo en El Mundo-Andalucía, y puedo certificar que es el vivo ejemplo de cómo se escribe con información sin corroborar, con un un claro interés, sin argumentos; de cómo se recurre a la provocación para ocultar insuficiencias profesionales.... En fin, Caraba, que veo que no soy al único al que aburres....

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