Mis respetos a Helen Thomas

Voy a contar esta historia por lo que parece no por lo que es. La apariencia de la que pretendo empapar esta entrada se entenderá con el vídeo del final. Antes hay que ver éste:



"Jamás separes los labios si no estás seguro de que lo que vas a decir es más hermoso que el silencio". No estoy nada seguro de que la frase pueda aplicársele a Helen Thomas; de hecho estoy seguro de lo contrario. Pero hoy el debate es otro. Me interesa el principio de responsabilidad del periodista, el yo personal y el yo profesional. Me interesa el permanente ejercicio de funambulismo que, con la honestidad como elemento equilibrador, debería someternos en cada momento de nuestra profesión.  Me interesan esos tipos que saben que al dimitir están dignificando el oficio. Algún día, seguro que pronto, la decana de los periodistas de la Casa Blanca nos contará por qué decidió pagar un peaje tan caro.

Saltamos el Atlántico y llegamos a la escombrera en la que algunos ejercen el periodismo (ellos lo llaman así) en España. Ejemplos hay mil. Éste nuestro habla de una guía de la sexualidad editada por la Consejeria de Salud  (Departament de Salut) de la Generalitat de Cataluña. Una televisión de trinchera, de esas que entienden el periodismo en rojos y azules, en izquierdas y derechas, o conmigo o contra mi, emitió lo que vas a escuchar. Una semana después nadie es responsable de nada:



"Vos todavía no aprendiste lo que yo ya me olvidé".
                                                                                 (Miguel Najdorf)

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1 comentarios:

Natxo dijo...

Es lo que pasas si le dejas un micrófono a un fascista. Estos de Intereconomía las gastan así desde hace tiempo, otro ejemplo:

http://www.youtube.com/watch?v=RKqtshiSJfE&feature=player_embedded

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