Pilas y felicidad

Hoy me han echado la bronca. Una amiga de esas que entran en tu corazóin para no salir nunca me ha dicho, más o menos, "Roberto a ver si pones algo divertido en el blog, que no todo es periodismo".  Como amigo que soy de mis amigos he ido a Google y he tecleado "cosas que le pueden alegrar el día a Marta" (178.000 resultados en 0,30 segundos).

He rastreado los 178 mil resultados y nada me ha convencido. Más de 5 horas googleando para nada. Pero como nunca nada sucede por nada he seguido en Internet. Baile de palabras en el buscador; alegria, alegrar, alegre, ... En un traspiés de las teclas los dedos han marcado  un nombre para mi desconocido Shehzad Noorani, ahí comenzaba mi felicidad, mi día encontraba la alegria (espero que también la vuestra). Este interesante fotografo de Bangladesh nos sitúa en el comienzo del camino, todo comienza en Dacca:

"Durante 14 horas al día machacan viejas baterías con el ladrillo de Shinwari para extraer la varilla de carbono, limpiarlas y reciclarlas. El polvo negro de carbono desprendido lo invade absolutamente todo y provoca multitud de infecciones por inhalación en los niños que juegan en torno al taller. Algunos tienen vetas de sangre constantemente brotando por la nariz. Logran 6 Takas (10 céntimos de euro) por cada 1.000 varillas que limpian cada jornada. Hay cientos de pequeñas factorías y familias enteras dedicadas a la extracción del carbono y pequeñas piezas de metal (zinc) en Dacca, capital de Bangladesh. Una vez separados y limpiados en el río Buriganga, los materiales son enviados a las fábricas para fabricar nuevas baterías y el metal a fundición para artesanía. Los desechos y las montañas de carbón se depositan en la ribera del Buriganga para ganar terreno al río y disponer de más espacio de trabajo". (leído en Lápices para la Paz).

 

    

      

Gracias a ellos encontramos pilas baratas en los supermercados, baterías asequibles para nuestros coches, fotografías que bucean en nuestras conciencias. ¿Lo entendemos?

P.D: Gracias Marta por alejarme unos minutos del periodismo.