Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
"Si los periodistas hubiéramos preguntado correctamente, si no hubiéramos hecho de taquígrafos de los comunidades oficiales, si nos hubiéramos limitado a ejercer nuestra obligación, que es la de informar, quizás entonces Irak no hubiera sido invadido".
Palabras de uno de los grandes, Dan Rather Él y otros muchos hablan, nosotros no escuchamos. Suspendida la lección de Irak, donde nos la colaron hasta la bola, de nada nos han valido los 8 años de estudio. Llega Libia y las televisiones se convierten en pasarela de las últimas tecnologías militares. Lo intentamos, sí. Lo intentamos honestamente, también. Pero el poder nos sabe en baja forma. Ocupadas las grandes empresas de la comunicación resulta bastante sencillo ocupar países.
El documento que se encaja ahí a la derecha es revelador, creo. Se lo mostraba recientemente Julian Assange (Wikileaks) a John Pilger, el extraordnario periodista australiano. En un informe clasificado como reservado el Ministerio de Defensa británico dice que hay que preocuparse por los periodistas de investigación en la misma medida que hay que preocuparse por los terroristas o "los espías rusos".
La entrevista de Pilger a Assange es parte del muy recomendable documental "La guerra que nunca se ve". Pilger y sus entrevistados, periodistas que vivieron en primera línea la guerra de Irak, nos cuentan las claves de la manipulación mediática en los conflictos armados. Hoy veía el documental que no conocía, comenzaba a las 19h y terminaba a las 20h 30m; a la hora en la que otros días busco los informativos hoy me he ido a Antena Neox, Los Simpson, la ficción no era menor a la de los informativos de la tele. En tiempos de crisis, leía hoy, es más cómodo obedecer que pensar.
“Si la gente realmente supiera la verdad, la guerra se detendría mañana, pero por supuesto no saben y no pueden saber”. (George Lloyd)
“Periodista es alguien que nada en un océano de sabiduría en aguas de un centímetro de profundidad”.(Roberto Guareschi)
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
1 comentarios:
Pega más por ahí abajo pero lo dejo aquí que es lo último.
http://www.233grados.com/blog/2011/03/david-beriain-ha-habido-alarmismo-en-la-informaci%C3%B3n-sobre-fukushima.html
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