Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
En un debate con el que no pienso ensuciar este blog hay estos días quien habla de no sé qué decisión cutre de unos Consejeros que no conozco de una empresa en la que apenas me reconozco. Como no lo voy a decir mejor que mis colegas Ramón y Rafael, casi mejor agradezco su lucidez y aprendo de su compromiso. Mi única aportación al debate está en expresar la certeza de que si Rompetechos se sentara en el Consejo de Administración de RTVE el nivel aumentaría de manera considerable. El debate que no me interesa, que nadie se engañe, no pretendía ni censurar ni coaccionar a los profesionales de TVE .. era un recado para el día después del 20-N.
Si hablamos del problema de verdad, y ya siento ponerme serio, habrá que marcar el punto de partida, aquí una propuesta de Ramonet, de su artículo "Los periodistas están en vías de extinción". Dice Don Ignacio:
El sistema ya no quiere más periodistas. En este momento, puede funcionar sin
ellos o, digamos, con periodistas reducidos a meros obreros de una cadena de
montaje, como Charlot en la película "Tiempos Modernos", es decir, meros
trabajadores que hacen retoques en los partes de agencia. Es necesario ver lo
que son las redacciones actuales, tanto en los periódicos como en las radios y
las televisiones. La gente conoce a los periodistas famosos que presentan los
telediarios de la noche, pero detrás de ellos se esconden miles de periodistas
que, sin embargo, son los que alimentan la maquinaria. La calidad del trabajo de
los periodistas se encuentra en regresión, al igual que su estatus social. Se
está produciendo una taylorización del trabajo de los periodistas.
Y a menos periodista más mierda en la pantalla. Y a menos periodista más camina la mentira.Y a menos periodista más se oxida la verdad.Y por eso se prefiere el alboroto a la reflexión, así lo entiende un compañero, británico, que desde el The Independent reconoce que tiene que hacer una cura de desintoxicación, quiere limpiar su mesa profesional y sacar las manchas teñidas por la vanidad y la mentira. sabe que no es nada sencillo.
" ... el periodista se ha tomado una licencia de cuatro meses sin pago
para emprender un programa de capacitación en periodismo por su propia
cuenta ...".
Cambio de tercio. Tiempo para un párrafo que escribiré lento porque son las 23h y 54 m del jueves 22 de septiembre. Quiero que estas lineas extiendan los segundos del reloj, a golpe de tic tac debo llegar hasta el viernes 23 de septiembre, cumpleaños del Boss. Bruce, si te llega este mensaje,
A modo de punto y seguido, aquí un apunte del BLOG de Héctor Maravall, el único consejero de RTVE que ha tenido la decencia de dimitir en reconocimiento de un error tras una votación equivocada.
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
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A modo de punto y seguido, aquí un apunte del BLOG de Héctor Maravall, el único consejero de RTVE que ha tenido la decencia de dimitir en reconocimiento de un error tras una votación equivocada.
Una opinión de Héctor Maravall
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