Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Estoy libre, me dejo llevar, no a cualquier sitio pero sí de tu mano. Dice Aaron Sorkín que su deseo es volver a hacer héroes de los periodistas. Conozco su fórmula, esta noche se estrena en Canal Plus, se llama "The Newsroom". Una serie que en éste primer capítulo dice que hubo un tiempo en el que los periodistas "no nos identificábamos por a quién votamos en las últimas elecciones". Dicen los críticos de la tele que:
Tras ver los primeros minutos de su nueva serie es difícil no
pensar que The Newsroom es una llamada de atención al mundo en el que vivimos, a
la desilusión que existe con el sistema y especialmente con aquellos que dicen
informarnos".
Y sí es desilusión lo que sentí anoche al ver la entrevista del Presidente del Gobierno en La 1. Seis periodistas derrotados, encorsetados, presos de las formas. Grandes profesionales (algunos de los seis) que digerían con mayor o menos disgusto las respuestas que Mariano Rajoy había preparado con sus asesores y que soltó sin mucha preocupación por su correspondencia con la realidad de las cosas. Blablablaismo en estado puro. Mucha propaganda embadurnando a brochazos los pocos minutos de periodismo que pudimos ver:
Piensa Mariano Rajoy y no dice lo que piensan los periodistas y no preguntan. España pedirá el rescate una vez pasadas las elecciones de Galicia y el País Vasco; las primeras por ganar, las segundas perdidas por goleada. Cuando lo haya no habrá rescate y sí "préstamo en condiciones muy favorables" como gusta repetir a los periodistas que jamás vestirán la capa de Superman.
Díganme si no es un aciago destino
el del periodista que, después de haber estudiado una carrera, se ve obligado a
vincular para siempre su talento literario o su pensamiento elaborado, con
verbos y predicados muy escogidos, a la trayectoria de políticos mediocres, que
se irán por el sumidero y en breve pasarán al absoluto anonimato. He aquí el
dilema. Si escribes de la política diaria las palabras más bellas que uses se
llenarán de basura; si tratas de huir de esa miseria y te subes al puente sobre
ese río contaminado algunos te insultarán con desprecio llamándote poeta".
Aaron Sorkin, recuerdo, "hubo un tiempo en el que los periodistas no nos identificábamos por a quién votamos en las últimas elecciones". Hubo un tiempo, ya no.
El trabajo del periodista es hacer preguntas, hacer preguntas que partan de investigaciones que haya llevado a cabo previamente, preguntas de interés general... Nuestra heroicidad está en no tener miedo a hacer esas preguntas. En esta entrevista el presidente del Gobierno habla de la "reestructuración del sistema financiero para que vuelva el crédito a nuestro país". Viene a mi memoria Ramonet y su editorial de este mes en Le Monde Diplomatique, donde afirma que lo que está pasando en España es que están poniendo en marcha reformas estructurales... Para el presidente es una necesidad reducir el déficit porque así, afirma, creceremos y se creará empleo. "Se creará", porque el Estado de esta forma estará interviniendo cada vez menos en la economía... Yo le hubiese preguntado sobre qué servicios sanitarios prestaba España cuando invertía 61.000 millones más que ahora y qué servicios prestará con esta rebaja. Por otro lado, el "banco malo" está pensado, o eso parece, para absorber los activos tóxicos de las viviendas, principalmente. Es una medida que se centra en sanear los bancos para que vuelva a circular el crédito, pero ¿cuánto ingresará el Estado con esto? ¿De dónde recibe ingresos el Estado? ¿Qué exporta España?
Sí, "hubo un tiempo en el que los periodistas no nos identificábamos por a quién votamos en las últimas elecciones" y ya no. Pero esto depende del periodista, está en nuestras manos que cambie. Si es lo que queremos, claro.
Marina, ya me enseñaste (entrevista a Juan Torres) que estabas llamada a relevar (¡ojalá que más pronto que tarde!) a los periodistas comprometidos y ya algo caducos. No sabes que ya sabes mucho más de lo que muchos creen saber sin saber que no saben nada de lo que es necesario saber.
Gracias por tu alerta permanente; estamos en buenas manos.
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
2 comentarios:
El trabajo del periodista es hacer preguntas, hacer preguntas que partan de investigaciones que haya llevado a cabo previamente, preguntas de interés general... Nuestra heroicidad está en no tener miedo a hacer esas preguntas. En esta entrevista el presidente del Gobierno habla de la "reestructuración del sistema financiero para que vuelva el crédito a nuestro país". Viene a mi memoria Ramonet y su editorial de este mes en Le Monde Diplomatique, donde afirma que lo que está pasando en España es que están poniendo en marcha reformas estructurales... Para el presidente es una necesidad reducir el déficit porque así, afirma, creceremos y se creará empleo. "Se creará", porque el Estado de esta forma estará interviniendo cada vez menos en la economía... Yo le hubiese preguntado sobre qué servicios sanitarios prestaba España cuando invertía 61.000 millones más que ahora y qué servicios prestará con esta rebaja. Por otro lado, el "banco malo" está pensado, o eso parece, para absorber los activos tóxicos de las viviendas, principalmente. Es una medida que se centra en sanear los bancos para que vuelva a circular el crédito, pero ¿cuánto ingresará el Estado con esto? ¿De dónde recibe ingresos el Estado? ¿Qué exporta España?
Sí, "hubo un tiempo en el que los periodistas no nos identificábamos por a quién votamos en las últimas elecciones" y ya no. Pero esto depende del periodista, está en nuestras manos que cambie. Si es lo que queremos, claro.
Marina, ya me enseñaste (entrevista a Juan Torres) que estabas llamada a relevar (¡ojalá que más pronto que tarde!) a los periodistas comprometidos y ya algo caducos. No sabes que ya sabes mucho más de lo que muchos creen saber sin saber que no saben nada de lo que es necesario saber.
Gracias por tu alerta permanente; estamos en buenas manos.
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