Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
De las 1.500 mentiras que tiene el mundo del periodismo una de mis preferidas es la de las uves dobles. Me pasé 5 años estudiando que una noticia debía responder a ellas. En mi primer trabajo me dí cuenta que ni pretendiéndolo se pueden evitar; salen solas. Sí descubrí que hay otras consonantes que se resisten más y tanto se esconden que sólo los maestros son capaces de liberarlas para sus lectores, oyentes o espectadores. Un día reté a una joven licenciada, proyecto de periodista, que en 2 minutos te respondía a 12 uve dobles. "¿Y serías capaz de escribir con las bes?".
Las Ws se desnudan con 5 años de Facultad, no hace falta más. Las 3 bes son un arcano inalcanzable, es terreno para los elegidos. Belleza, Bondad y Berdad. Y me acordé de las bes al leer el otro día el blog de Javier Pérez de Albéniz:
“La belleza es verdad y la verdad, belleza: nada más descubrirás en la tierra y nada más te hace falta saber”.
(John Keats)
Y también creí ver que despuntaba alguna consonante curiosa al leer hace unos días la información de Antonio Caño sobre "La tragedia de Sherrod" . Barack Obama nos dejó un interesante recado:
"Esto ha ocurrido en parte porque vivimos en una cultura de medios de comunicación en la que algo aparece en YouTube o en un blog y enseguida se monta el gran lío".
"¿Y cómo salen las bes?". No se me ocurrió otra respuesta a la pregunta de Paloma que recomendarle una canción que hoy, me consta, ocupa un lugar prioritario en cada uno de sus reportajes:
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
2 comentarios:
Te falta el párrafo de las 3 CES que tanto te gusta que nos gusten (claro, conciso, concreto). Un abrazo, siempre aprendiendo (Ana)
Escribía Victor Hugo que "lo bello vale tanto como lo útil, tal vez más".
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