Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
"Quizá el punto de vista del porquero nos esté señalando que la realidad no
es otra cosa que el asunto de la discusión; o que la realidad es la cuestión, es
decir, «lo que está en cuestión»; o que la realidad es el problema, es decir,
lo que es problemático y puede problematizarse. Y desde ese punto de vista la verdad no es ya la verdad, sino uno de los modos posibles de determinar el asunto, de encarar la cuestión, de hacerse cargo del problema".
Cito al profesor Jorge Larrosa porque uno de sus textos estaba en la mochila que hoy compartía espacio con botellas de agua y chocolates varios.. Lo he consultado sin que nadie me viera. Hoy me sentía ciudadanía, quería respirar como el "sagrado colectivo" por el que tanta gente dice trabajar en España; Tomás Gómez y Trinidad Jiménez entre ellos. Miraba sus gestos y escuchaba sus palabras, las de la ciudadanía. Prensa, radio y televisión estiraban el culebrón del Agosto y nada más importante parece ocurrir en España. Y yo, casualmente en Madrid, mirando a los ojos de la ciudadanía creía entender que las primarias del PSOE se la traen al fresco, a la ciudadanía. Y lo creía entender recordando la cita "la verdad es la verdad así la diga Agamenón o su porquero". Y escrito lo escrito y amparado por un reloj a punto de marcar las 2 de la madrugada os diré que me parece obsceno el desparrame de mentira con el que los medios de desinformación estamos llenando el agosto. Y como son casi las 2 mejor me callo y os dejo un precioso regalo. Aquí la verdad:
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
1 comentarios:
Bonita música, buena selección. De los políticos (estos como todos)no hace falta añadir nada dado que ya el CIS los pone en su sitio. ¿No?. Abrazos.
Publicar un comentario