La toma

Estilo Berlusconi, no por las "belinas" y sí por su extrema injerencia en los medios de comunicación. Se me dirá exagerado pero es lo que siento.; intento explicarlo. Han llegado las elecciones catalanas y los principales partidos se sueltan la melena. Se manipula o no se manipula. Si rechazamos los términos medios sólo queda la certeza, SÍ se manipula, se manipula mucho, se manipula cada vez más .... pero distinto.

A esto no le llaman pacto de Estado pero lo es. Hay una docena de claves, aquí expondré algunas. Decía el CIS de Octubre que:

Y preocupados ellos, los políticos, por su futuro y preocupados nosotros, los periodistas, por algunas de nuestras libertades profesionales, hay que aceptarlo (con o sin resignación), han ganado ellos. La toma de los medios avanza, estilo Italia. De los públicos poco hay que decir; basta mirar cualquier Telediario de TVE o de TV3 para observar como los minutados se ponen de rodillas ante los partidos. Llegan las catalanas y se barren los derechos de los profesionales de la información. Durante 15 días, mañana y noche, se juega a la manipulación. Y ello a pesar de la ley del Régimen Electoral que en su artículo 66 señala que:

"El respeto al pluralismo político y social, así como la neutralidad informativa de los medios de comunicación de titularidad pública en período electoral, serán garantizados por la organización de dichos medios y su control previstos en las Leyes..."  

Pero "la organización de dichos medios" no quiere problemas y cede. Se someten ellos y se someten los profesionales. Y en esto que aprovechando la crisis los grandes partidos han perdido el freno, ahora van también a por la televisiones privadas.Y ocupadas las teles, todas, cada una con su color, hoy leo el blog del maestro Javier Pérez de Albéniz y nos cuenta que la voracidad política se quiere comer el papel.

Es el estilo Berlusconi, Dios quiera que nuestros políticos no pretendan a "sus belinas", las de Berlusconi. Y si las pretenden quiera el mismo Dios (si nada mejor tiene que hacer) que no nos resulte indiferente. Los talladores de la opinión pública están dormidos, confiemos en que otros estén tan sólo dormitando. Mientras tanto pongamos altavoces a los más despiertos, aquí uno de ellos. Habla Zygmunt Bauman: