Los totales de la tele (el tesoro codiciado)


Ni se te ocurra pinchar en el enlace que te llevaría a la entrevista hecha al Secretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons; no me lo perdonarías. Te resumo la única frase que me ha resultado interesante:

"Estamos en un parlamento en el que los diputados y senadores hacemos cortes de televisión. Procuramos que nuestras frases no superen los 35 segundos para que quepan en un total"

Ale-hop. Es lo que nos faltaba. Totales de 35 segundos. 3 para el Gobierno, 2 para Zapatero, 3 para el PP. Démosle 2 más al PSOE y uno para los peques, CIU, IU, PNV, y par de ellos más. Y ahora como en el "Un, dos, tres, .." 15 totales a 35 segundos cada uno igual a 525 segundos. Y que la toma continúe. Y no me preocuparé de explicar lo que Pons no dice. "Vamos al Parlamento para hablarle a la televisión". Será por eso, será, que todas las mañanas los coches oficiales de los "políticos mediáticos" programan su Tom-tom rumbo a los estudios de las teles y las radios; luego, si queda un poco de tiempo, irán al Parlamento ... "para hablarle a la televisión" 

Y con actitudes como esa y sin olvidar la responsabilidad de las empresas de la información y sin dejar de señalar a los profesionales que en ellas se ocupan, luego nos sorprendemos por informaciones como esta:

"Sin prisa pero sin pausa, la calidad de la democracia está en regresión. Lo advierte el cuarto informe anual La Democracia en España de la Fundación Alternativas. De una nota de 6,2 puesta por un amplio panel de expertos en 2007, se ha bajado a un 5,8 este año. Esta cuarta edición destaca la desafección por encima de cualquier otro fenómeno".

Leía el otro día por ahí:


-Quizá los políticos han llevado a la política el modelo de la televisión, como si buscaran audiencia, más que votos o adhesión a un proyecto. Si tengo, por ejemplo, que acudir a un programa de televisión que me repugna, pero que me da votos (o pienso que puede dármelos), voy.

-La democracia se ha convertido en mediocracia. En los dos sentidos: democracia mediática y mediocre. Personas que van a programas llamados del corazón, en los que confunden los asuntos de cama de no sé quién con un debate político serio, no me parece aceptable. Además, lo han exaltado porque han comentado: "Se atreven a ir a programas que de verdad son populares". No lo entiendo. Es parte de la banalización de la política, aunque no seamos conscientes de ello. Alguien del mundo de la política puede ir a un programa de humor por ácido que sea, ningún problema, pero a un programa que mezcla las historias de intimidad exhibida con el debate político, es peligroso. Es la servidumbre de creer que la opinión está ahí.

(Entrevista Juan José Millás a Felipe González, El País 7 noviembre 2010)

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2 comentarios:

JuanRa dijo...

Nos toca chillarlo. Nos están robando lo poco que nos queda

Como hace Berlusconi

Anónimo dijo...

Ya sabes mi apreciado Roberto que las cosas cuando pueden ir peor, van peor.

¿Qué me dices de esto?

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