Ya soy capaz de entenderlo. Los pilares del periodismo, como los pilares de la tierra, han cambiado el eje; ya no pivotan sobre lo que me enseñaron debían pivotar. Lo llaman INFOENTRETENIMIENTO, parte de información, parte de entretenimiento. Es así desde hace 15 años, quizás 10, quizás 5, y yo no acabo de enterarme. Las radios y las televisiones ignoraron ayer domingo la historia de Carlos porque han pensado que nos debían interesar más las historias de cada uno de los 483.282 pasajeros que poco a poco encuentran su avión después de 48 horas para olvidar. Las teles nos han contado que un matrimonio y sus hijos han perdido su avión a Eurodisney, también he visto que los padres de un niño acróbata se han quedado en tierra. La gente ha cogido su ropa de invierno para ir a la nieve y han ido al cine para conocer la cartelera del fin de semana. Y un poco de frío porque es invierno y un poco de fútbol porque han ganado el Barsa y el Madrid. Historias que han pasado para no quedarse. Mucho entretenimiento, poca información.
Escribe el maestro Emilio Lledó:
"Los medios se han perfeccionado tan extraordinariamente que la facilidad para utilizarlos ha hecho que el fluido de las palabras y las imágenes sea ya tan rápido que apenas tenemos tiempo para detener en ellos nuestros ojos. Gozosamente asentados en esa supuesta revolución, podría olvidarse que tal revolución no lo es en absoluto si por esos sorprendentes canales no pasa información real, no pasa la vida".
Y si por alguna historia de este domingo ha pasado la vida esa historia tiene un protagonista. Se llamaba Carlos. Las teles lo han ignorado, el periodismo no. Nos lo ha contado Juan José Millás en "El País Semanal". Se llamaba Carlos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentarios:
No lo había leído. Emocionante. Gracias por el aporte.
Publicar un comentario