Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Gracias por cederme el honor de compartiros, a los 26 de la lista. Allá en octubre aparecíais refugiados entre la B de Natanael y la V de Lola. El juego no era casual, ahí nos hemos movido, entre la V de belleza y la B de verdad. Sólo os importaba un mastil, el que hincaba en la tierra con los bajos de la P, la consonante con la que mejor se pare la palabra periodismo, el compromiso con un oficio. Os dejo, os dejamos, a las puertas del infierno, ser bienvenidos.
Gracias por aborrecer el mal periodismo, gracias por salir al mercado con la ética como bandera. Gracias también, también, por saber que a esta profesión primero se la ama y luego se le exige que te dé de comer. Lo debatimos allá por noviembre, el día que aprendimos a odiar a J. Evans Pritchard:
Nadie dijo que esto fuera sencillo. Os toca, cuando os dejen, desinfectar las redacciones. La expresión no es mía, la tomo robada de vuestros exámenes:
Y entendido el oficio como parte de una empresa querré decir que no quiero ser corrupta. Como el pan del panadero, como el puente del ingeniero, también yo tengo derecho a la excelencia. Quiero trabajar y aspiro a hacerlo muy bien, ¡que se preparen mis jefes! El mejor criterio NO es la falta de criterio; ahí nos toca recoger el testigo.
Un aplauso en la despedida. Mi reconocimiento a vuestra alegria y a vuestra altura académica, por ese orden. No seáis inmisericordes con quienes asolamos lo que os decimos que debéis cuidar, forma parte de la hipocresia de los insolentes. Enseñarnos a mirar con otras pupilas, las nuestras ya son incapaces de combinar juventud y pasión. Un cocktel que os toca beber y al que os invito, saldrán maravillas como esta, Janine Jansen:
Gracias por estas palabra, Roberto. Ha sido todo un honor conocerte. Pocas veces he visto a un profesor tan entregado como tu, y eso nos ayuda y nos da ánimo para seguir adelante. Un saludo enorme,y espero que hasta pronto.
Me gusta mucho el pulso que mantienes, tira de un lado el oficio y tira del otro lo que tira. Leía y me he acordado del show de Ortega Cano y me gusta discutir con mis colegas, en el show puede estar cualquiera que sepa sujetar un micro y aguantar una cámara pero allí donde nos llevas ahí solo están los periodistas, mejoreso peores, pero periodistas. ;-) Thanks
ANIMADO: Somos 26 redactores y un jefe de redacción. Si nos van mal las cosas montamos una cooperativa y desestabilizamos el mercado entre todos. ¿Lo desestabilizamos o lo estabilizamos?
Pasión, belleza y dignidad. Es cierto, no es fácil. Si alguien nos dijo que lo era mintió.
Un beso a todos. Andamos el mismo camino. Nos cruzaremos algún día.
Gracias Estela por tu comentario. El mismo saludo de vuelta, con el placer total de acompañarlo de un abrazo ya para una compañera de oficio. También me agarro a la esperanza del "hasta pronto"; ojalá.
Y mi querido y siempre misterioso "año compartido". Si eres quien creo que eres sabes lo que dices cuando escribes del periodismo y si no ..... también. Un abrazo.
Lapsus del blog. Viajaba Natanael y mi respuesta no lo ve; ahora sí. Y ya visto te diré que antes de coincidir en alguna redacción (que también) casi prefiero compartir un concierto, por ejemplo, en la Playa de la Victoria. ¿Hace?
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
5 comentarios:
Gracias por estas palabra, Roberto. Ha sido todo un honor conocerte. Pocas veces he visto a un profesor tan entregado como tu, y eso nos ayuda y nos da ánimo para seguir adelante.
Un saludo enorme,y espero que hasta pronto.
Estela
Me gusta mucho el pulso que mantienes, tira de un lado el oficio y tira del otro lo que tira. Leía y me he acordado del show de Ortega Cano y me gusta discutir con mis colegas, en el show puede estar cualquiera que sepa sujetar un micro y aguantar una cámara pero allí donde nos llevas ahí solo están los periodistas, mejoreso peores, pero periodistas. ;-) Thanks
ANIMADO:
Somos 26 redactores y un jefe de redacción. Si nos van mal las cosas montamos una cooperativa y desestabilizamos el mercado entre todos. ¿Lo desestabilizamos o lo estabilizamos?
Pasión, belleza y dignidad.
Es cierto, no es fácil. Si alguien nos dijo que lo era mintió.
Un beso a todos. Andamos el mismo camino.
Nos cruzaremos algún día.
Con B o V de Natanael, no sé.
Gracias Estela por tu comentario. El mismo saludo de vuelta, con el placer total de acompañarlo de un abrazo ya para una compañera de oficio. También me agarro a la esperanza del "hasta pronto"; ojalá.
Y mi querido y siempre misterioso "año compartido". Si eres quien creo que eres sabes lo que dices cuando escribes del periodismo y si no ..... también. Un abrazo.
Lapsus del blog. Viajaba Natanael y mi respuesta no lo ve; ahora sí. Y ya visto te diré que antes de coincidir en alguna redacción (que también) casi prefiero compartir un concierto, por ejemplo, en la Playa de la Victoria. ¿Hace?
Las verdades de la vida
Un abrazo. Ha sido un placer.
Publicar un comentario