Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Esta tarde le he hecho una nube de tags a mi pensamiento profesional; he cerrado los ojos y me he puesto en modo pause. Una reflexión de mañana me ha llevado a este abismo intelectual. En mi redacción un minutado me esperaba huérfano encima de una mesa, también huérfana de mi.. Tres silabas, tres, llamaban mi atención.
XSA
He preguntado. Después de 20 años como periodista creía saber casi todos los términos del glosario que me debe ocupar en tanto que contador de historias. Estoy caduco. Hay nuevos acrónimos. Desde hace meses me resistía a dar espacio a uno que de manera muy especial rebota sobre mi occipital. Dos sílabas, dos, botan y votan sin descanso:
OC
XSA. Por si acaso. El faldón del minutado silbaba sobre la mesa y silbaba al ritmo del "POR SI ACASO". Mis compañeros me dicen que vamos a algunos sitios por si acaso, cubrimos algunas convocatorias por si acaso, mandamos equipos de profesionales a cubrir determinadas antinoticias por si acaso. Hoy, por si acaso, hemos cubierto una rueda de prensa sin mayor interés que el de no tener ningún interés. Las convocatorias sin interés ya no se rechazan sino que se cubren, por si acaso. Rosa Aguilar ha merecido nuestra atención informativa por si acaso decía lo que ha dicho, una vez dicho y confirmado el nulo interés la noticia se ha ido a negro, a la papelera de reciclaje, nunca ha sido y nunca será emitida. En la nube de tags que corona esta entrada y bajo las siglas de la EPA se esconden 1.248.500 historias, 1.248.500 noticias. Decía hoy la EPA que 3 de cada 10 personas en Andalucía están en el paro. Las televisiones, y con ellas el conjunto de los medios de comunicación, borran esta desgracia, este terremoto social, y lo hacen a golpe de gráfico. Pon un porcentaje y cómete una historia ....... por si acaso.
Aunque en todas las viejas reglas hay una cierta sabiduría, no hay nada mejor que la libertad con que ahora podemos desobedecerlas. La única dictadura técnica de las últimas décadas es la que imponen los diagramadores, y éstos, cuando son buenos periodistas, entienden muy bien que una historia contada con inteligencia tiene derecho a ocupar todo el espacio que necesita, por mucho que sea: no más, pero tampoco menos".
Aquí lo dejo, por si acaso. No me olvido de las otras y mucho más peligrosas siglas. O.C. escribía, obligado cumplimiento quieren decir. Aquí lo dejo, no me olvido porque no nos debemos olvidar, estamos tocando fondo.
Las teles se llenan de vacío y no son muchos los profesionales que lo dicen. Es bueno leerlo de vez en cuando, tenemos que ser más. Lo de los informativos de España, salvo alguna excepción, tira de espaldas. Unos sucesos, los otros fogones, los otros sucesos y fogones; y futbol, mucho futbol.
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
1 comentarios:
Las teles se llenan de vacío y no son muchos los profesionales que lo dicen. Es bueno leerlo de vez en cuando, tenemos que ser más. Lo de los informativos de España, salvo alguna excepción, tira de espaldas. Unos sucesos, los otros fogones, los otros sucesos y fogones; y futbol, mucho futbol.
A POR ELLOS
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