En mi tele, la del coltán

En mi tele, la del coltán, se han metido unos tíos de negro y me han cambiado la programación de los Telediarios. En mi tele los tíos de negro han impuesto una religión que todos adoran y hace tic, tac. Cronómetro en mano los tíos de negro, que también son invisibles, cronometran a la décima los primeros 20 minutos de cada Telediario. Los de negro han puesto una pancarta que reza:

"Hasta nueva orden queda abolida la libertad de informar"

Son al periodismo lo que la pimienta a las tartas pero en mi tele, en la del coltán, su juicio es indiscutido. Cuando se van a casa dormitan en algo que mora como Junta Electoral Central, una Junta que los políticos ocupan con disimulo para sin disimulo encorsetar hasta el absurdo  la información política de los Telediarios. Los de negro deben ser algo así como la representación de dios en la tierra, en la tierra del periodismo claro; y su juicio no se discute, si acaso con una metralleta en mano, pero no es el caso.

Dicen por mi tele, por la del coltán, que los profesionales de la otra tele, en la que trabajo, no están de acuerdo con la mordaza impuesta. Pero sin estar de acuerdo la mordaza cada día aprieta más. Y no entiendo por qué esos tíos de negro, poder público imagino, se mean en las sentencias del Tribunal Constitucional:

"El trabajo de los periodistas está presidido por un indudable componente intelectual, que ni los poderes públicos ni las empresas de comunicación pueden olvidar. La información no puede ser objeto de consideraciones mercantilistas, ni el profesional de la información puede ser concebido como una especie de mercenario abierto a todo tipo de informaciones y noticias que son difundidas al margen del mandato constitucional de veracidad y pluralismo”.

Los de negro nos dicen lo que deben durar los spots de la política que nos han obligado a meter en los Telediarios, eso sí, nos lo dicen en libertad. Algún día los periodistas les diremos a los de negro que ése color sólo nos gusta para los pianos de cola. A la libertad de información, a la nuestra y a la que merecen quienes nos ven, le sientan mejor los colores, por ejemplo el morado, el que viste Yuja Wang.

btemplates

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Veo los telediaros, leo lo que dices de ellos y entiendo algunas cosas que no entendería. No sé cómo recompensar ¿valdría asi? Miriam Makeba, a ver si te gusta.

Publicar un comentario