Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Una experiencia desde el yo. En el campamento de verano al que van quienes heredarán mis deudas hoy han resuelto un ejercicio encargado ayer. Se trataba de elegir a 5 personas importantes. Sin límites. Quienes extenderán mi genética por el mundo se divierten provocando y por eso para provocar me provocan; me dejaron hacerles la lista. Como imaginaban no han acertado ninguno de los "ganadores". Los Reyes de España, Iniesta, Belén Esteban, Zapatero y la Duquesa de Alba. "¿Y que os han dicho de los vuestros?""Papá, no los conocía nadie".
Con la lista encima de la mesa les he dicho que buscaran en internet algo de "sus elegidos". "Eso no te lo crees ni tú". Y se han ido a la sala y han encendido la tele. Con un poco de suerte pienso que quizás algún programa hable de Denick de Kerckhove, Nolasc Acarín, Fatoumata Coulibaly, Sydney Brenner, Jonathan Ott. Aquí 5 pero ya sabemos que son más de 1.000. Uno de ellos es Ken Robinson; dicen de él que si el mundo tiene 5 genios de la creatividad habrá que encontrar a los otros cuatro.
¡¡¡No estoy segura de que no les dieras tu el nombre de Iniesta!!!. Me he visto el vídeo y es muy ¿curioso?. Me encanta ese sitio de las conferencias. Te debo dos.
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
2 comentarios:
Pensar y reir, reir y pensar. Me gusta tu fórmula.
¡¡¡No estoy segura de que no les dieras tu el nombre de Iniesta!!!. Me he visto el vídeo y es muy ¿curioso?. Me encanta ese sitio de las conferencias. Te debo dos.
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