Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Mis compañeros del Telediario han ocupado hoy parte del espacio con una no/noticia que no le interesaba a casi nadie. Tan a casi nadie le interesaba que ni me interesaba a mí, que soy quien la he cubierto, sin enterarme de casi nada, claro. Sí, no me interesaba, no me interesaba nada. Y no me interesaba a mí y no le interesaba a casi ningún periodista allí desplazado (por sus jefes, claro). ¿Por qué no nos interesaba a los periodistas? Porque a los periodistas nos pagan por trabajar noticias que interesen al público, a la audiencia, al espectador. Y lo de INVERCARÍA no interesa a nadie; bueno, a casi nadie.
Coincidencia, pura coincidencia, que el Partido Popular de Andalucía solicitara ayer en el Parlamento una Comisión de Investigación sobre Invercaria. Pura coincidencia he escrito.
Y es que ser jefe de periodistas no es sencillo. Los jefes políticos que nombran a muchos de los jefes que a su vez son jefes de los jefes de los periodistas gustan de ensuciar los minutados de los informativos de la televisión. Que si Gürtel, que si Invercaria, que si Fabra, que si Pepiño, que si tú más, que si yo menos. Basura, pura basura, que no pretende más que engordar el músculo de la idiocia.
Y acompañaba a Javi a los juzgados, a perder el tiempo con lo de Invercaria, y quizás por la fecha, quizás por eso del 15-M, me encontraba con una historia, con una noticia, con lo que a los periodistas nos debe interesar. Nicolás, que desde hace años vende pañuelos de papel en un semáforo, le regalaba a Javi la foto de su hija, se la regala porque Javi es amigo de Nicolás, al menos es muy solidario con él. Y Nicolás contaba que ahora tiene miedo, que ha oído no sabe qué de que los "inmigrantes sin papeles" (como les llamamos) no tiene acceso a la sanidad pública. Y Nicolás está preocupado por su hija, por su pareja, por él y por cientos de miles de inmigrantes de España.
Y llegaba a los juzgados y allí estaban mis compañeros, que recuerde, de RNE, Antena 3, EFE, Tele 5, SER, Giralda TV, Europa Press, ... y les decía que si como a mí no les interesaba lo de Invercaria podíamos ir a conocer a la hija de Nicolás. Me miraban y la respuesta no era ya necesaria. Y entonces, aunque no sólo entonces, me he acordado de Bruce:
Por enseñarnos tantas claves del periodismo a veces considero que todo forma parte de un todo en el que personas denuncian para que otros actuen y otros terceros publiquen para engañar a las personas. Lo del atentado del 11-M y El Mundo es el mejor ejemplo de esa barbarie auqnue hay muchas más.
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
1 comentarios:
Por enseñarnos tantas claves del periodismo a veces considero que todo forma parte de un todo en el que personas denuncian para que otros actuen y otros terceros publiquen para engañar a las personas. Lo del atentado del 11-M y El Mundo es el mejor ejemplo de esa barbarie auqnue hay muchas más.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/05/14/andalucia/1336996867.html
Publicar un comentario