Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Si se respeta el Everest se respeta la montaña y sus valores, los de verdad; si se va de excursión hablamos de otra cosa. Se puede escalar el Everest y se puede ir de paseo por la gran montaña, por sus rutas encordadas, a poder ser con oxígeno, riesgo cero, tipo Disney. Los hay que arriesgan y mueren, los hay que se hacen fotografías para el facebook; aún así el techo del mundo tiene sus reglas y no perdona. Escuchaba a Araceli Segarra en la Cadena SER y me acordaba del cierre de Canal Nou.
No puedo ser solidario con los trabajadores de Canal Nou, no me sale. Lo soy con las excepciones, con quienes seguro han sido valientes, con quienes han sido más valientes, con quienes seguro han sido expedientados y despedidos, con quienes seguro han defendido el periodismo y han denunciado la manipulación. Son los menos, los mejores, mis mejores, mis Juliá Álvaro, unos pocos. Los más han sido genuflexos, durante años, muchos años, han hecho el periodismo más cercano a la nada, el que tanto gusta a los políticos, hagiografías de la sociedad, cero o pocos problemas de los ciudadanos, los que pagan el servicio con sus impuestos Crítico el periodismo que combato, lo tengo cerca, muy cerca, no lo soporto. Lo decís en la entrevista de EL PAÍS, vuestras palabras no son suficientes, no equilibran el enorme error cometido.
Es como si al ingeniero le dicen que en vez de cemento ponga miga de pan en el rascacielos. Es como construir coches sin frenos porque así te lo han pedido. Es como hacer gazpacho y echar plutonio porque te lo exige Chicote. No compañeros, no habéis entendido de qué va esta vaina. Os han pedido manipular y lo habéis hecho, os han pedido engañar al espectador y lo habéis hecho, os han pedido prostituir los principios esenciales del oficio. Pudisteis levantar la cabeza y elegisteis agachar la profesión, vomitarla. Aceptasteis el juego del señor y el bufón, lo aceptasteis hasta límites insospechados; para mi inimaginables. Me lo contaron y no lo creí, tuve que verlo para creerlo. Jamás lo podré entender.
Esta profesión, la del periodismo, requiere de una lucha continua y de un estado de alerta constante. La conquista de nuestra independencia exige una batalla diaria".
Ryszard Kapuscinski
Dicho lo escrito ‘’adelante compañeros!!, adelante todos los que habéis sido de la RTVV. Ya es tarde, no tenéis nada que hacer pero lo
estáis haciendo, estáis ganando en la derrota. Llevar vuestra victoria siempre allí donde se os contrate, allí donde se os pregunte, allí donde se os requiera. Gracias, ahora sí. Escribir la experiencia en un libro, trabajar el legado que os toca, convocar unas jornadas en Valencia, allí estaré. Convocarlas y contar a España dónde debe estar el periodismo, qué habitación no debe habitar.. Gracias por ocupar el estudio
del informativo, por vuestra resistencia (¡ahora sí!) derrotada, gracias por ser ahora sí líneas de resistencia, como nos pide Manuel Castells., como nos pide Chomsky. Gracias por
aprender que el Everest o se escala o se sube; gracias por aprender que las
reglas de la montaña se pactan sin interferencias, montaña y alpinista,
periodismo y alpinismo. Bravo por la lección que habéis aprendido, la que tanto
asusta a quienes nos han robado, saqueado, ofendido e insultado. Zaplana,
Camps, Fabra, ¡¡malditos!!. Decía Napoleón:
Cuatro periódicos hostiles son más temibles que mil bayonetas"
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
2 comentarios:
Por recopilar y recordar con el paso del tiempo.
http://kurtzpensamientos.blogspot.com.es/
http://www.testigoaccidental.com/2013/11/por-una-rtvv-digna-despues-de-esta.html
http://jordiorts.com/2013/11/08/per-que-vull-que-tanquen-canal-9/
http://www.eldiario.es/cv/opinion/oximoron-Canal-Asamblearismo-oficialista_6_194640559.html
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