Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
La ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón"
No sé si Vasile será capaz de aguantar la risa ante la frase del maestro García Márquez. En su Italia, la de las putas y Berlusconi, seguro que provoca más hilaridad que aquí en España. Aquí las cosas son casi distintas, casi. Esta semana pasada, acompañado por mi maestro Carlos Crisóstomo, un café de tarde me permitió charlar con un admirable magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía; es uno de esos hombres que han nacido 30 años antes de su tiempo, por eso en sus sentencias habla de un derecho que aquí en España comenzaremos a entender hacia el año 2.040. Me preguntó por el periodismo y le dije que el patio estaba infecto, invadido por las telas de las arañas e intransitable por los profundos socavones que presenta, le pedí ayuda. "Sólo confío en que los jueces nos empuréis sin desmayo, sentencia a sentencia camino de la necesaria regulación". ¡¡Ya sabes que luego los liberticidas, dijo, dirán que es un ataque a la libertad!!
Las casualidades del oficio nos instalaron el pasado viernes ante el deplorable espectáculo visto en Tele 5. Un programa de televisión extorsionaba, previo pago, a Isabel García, una mujer enferma que es la esposa del presunto asesino de la niña Mari Luz Cortés. No menos de una docena de carroñeros de la información salpicaron en ese charco, Ana Rosa Quintana daba la cara por todos ellos. Si lo visto era nauseabundo mucho peor resultaba lo que no podíamos ver y que alguien con la conciencia machacada hacia llegar a El Mundo:
Un juzgado de Madrid se ha interesado por el asunto y, espero, algo sabremos de su investigación. Conoceremos cómo los mal llamados profesionales del periodismo han extorsionado a Isabel García, conoceremos con qué artes le han engañado, conoceremos a qué intereses pretendían responder, conoceremos de qué manera han inducido las declaraciones de una mujer enferma. Os deseo lo peor queridos compañeros. A la jueza, a quien le deseo lo mejor, le quiero recordar lo que seguro conoce y que me recordaban el martes en un café. Nos dice a los periodistas la ley reguladora de la cláusula de conciencia de los profesionales de la información:
Su trabajo está presidido por un indudable componente intelectual, que ni los poderes públicos ni las empresas de comunicación pueden olvidar. La información no puede ser objeto de consideraciones mercantilistas, ni el profesional de la información puede ser concebido como una especie de mercenario abierto a todo tipo de informaciones y noticias que son difundidas al margen del mandato constitucional de veracidad y pluralismo.
Gracias David por tu comentario. Hombre asqueado, asqueado tampoco (y menos ahora) :). Pero sí, de aquellas trincheras compartidas a esto que nos toca va un trecho, y seguro que la caida no ha parado.. Por lo que te toca ya sabes, dale caña a tu tribu de Canal Sur, a ver si se les mete poco a poco algo en la mollera. Un abrazo.
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
4 comentarios:
el vídeo ... lamentable!!!
Cuanta razon tienes, cada dia me siento mas asqueado de trabajar en un medio de "desinformacion". Un besote y sigue asi.
Gracias David por tu comentario. Hombre asqueado, asqueado tampoco (y menos ahora) :). Pero sí, de aquellas trincheras compartidas a esto que nos toca va un trecho, y seguro que la caida no ha parado.. Por lo que te toca ya sabes, dale caña a tu tribu de Canal Sur, a ver si se les mete poco a poco algo en la mollera. Un abrazo.
A LA CARCEL MANDABA YO A OTROS/AS
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