Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Escrito sin ánimo de llevarte por el terreno del apocalípsis, ni siquiera por el de la irritación. Escrito sólo con la intención de poner un espejo ante una de los frentes de la realidad. Escrito con la voluntad de caminar por las diferencias que nos llevan de la paradoja al paradigma. Escrito en el transito que nos lleva de la democracia a la mediocracia mediática. Escrito en el abrir de una mano enseñada para hacer periodismo y que se pretende amaestrada para hacer dociliriodismo, que viene de mal amasar las palabras docilidad y periodismo. Y en estas que José Ortega Cano tiene un grave accidente de tráfico. Y en estas que recuerdo una de las frases, de las excelentes frases, que nos han dejado los combatientes de DRY:
"Cada vez más, el lector sabe cuánto le desinforma el que le informa".
¡Grandes los movilizados del 15M!A mi al menos me han enseñado que nos han calado, nos han cogido la distancia. Nos han enseñado, creo, que a partir un coeficiente intelectual de 110 ya pocos nos creen la bola.Ortega Cano, decía, ha tenido un accidente, me he enterado por el informativo de las 15h de TVE. Ocupado en descifrar los misterios del Final Cut la mañana del domingo no me ha permitido acercarme a la información, ni siquiera a la actualidad. Pasado el Telediario seguía casi igual, muy poca información y algo de actualidad, ni siquiera buena.
Y luego me he enterado que 2 profesores universitarios, de momento, se presentan a las primarias del PSOE. No le disputan el honor a Rubalcaba, sí le quieren disputar el debate. Y luego me he enterado que a algunos de mis compañeros del Telediario estos militantes socialistas con muchas décadas de militancia les parecen "dos frikis que sólo quieren llamar la atención", argumento que no parecía compartido por los periodistas de El País. El Mundo, Antena 3, Tele 5 o Canal Sur, entre otros, porque ellos sí se hacían eco de la noticia.
Luego me he enterado que mis compañeros del Telediario podrían no interesarse por los candidatos a las primarias porque se interesaban en saber si un tal Amador había ido a visitar a Ortega Cano. Y enterándome de más cosas me enteraba que mi empresa, TVE, no se interesaba por los profesores universitarios y sí tenía varios equipos en el Hospital Mararena "por si algún famoso se pasa por allí". Y en estas, por ir terminando, que he visto a mi empresa y a mis compañeros del Telediario mucho más preocupados por la salud de Ortega Cano que por la salud de la profesión; más preocupados por la salud del torero que por la salud de la democracia mediática, la otra mejor dejarla al margen del debate.
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
1 comentarios:
Aquí un maestro que le dice al maestro lo que el maestro dice a los hoy alumnos y mañana, quizás, futuros maestros.
http://www.cadenaser.com/cultura/articulo/gay-talese-importante-escribir-historias-reales-gente-normal/csrcsrpor/20110521csrcsrcul_1/Tes
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