Fukushima, el terror

Estábamos equivocados, yo el primero. Nos advirtieron de catástrofes impensables y la realidad desborda cualquier derroche de imaginación, por exagerado que éste pareciera. Lo que nos dijeron que podía pasar ha pasado. En Namie Tsushima, a 30 kilómetros de Fukushima, ha nacido un conejo sin orejas, la mutación de la especie humana podría no estar lejana. Hay fotografías que lo corroboran, hay imágenes que cuentan la verdad; imposible escapar a esta particular guerra de los mundos. Las televisiones de España, salvo excepciones, nos muestran la imagen y con imagen no hay discusión, sólo share y espectáculo. El periodismo vuelve a mirar a Fukushima, que nadie piense que nos habiamos olvidado de ellos; quizás sí de su gente pero en ningún caso de sus conejos. 

Y luego están las noticias menores, las que no salen o apenas salen en la televisión. Noticias menores como la que llegaba recientemente desde la Comisión Europea y había que buscar y rebuscar para dar con ella:

Las 143 centrales nucleares europeas se someterán a las pruebas de resistencia

Noticias menores como las que llegan desde Alemania o Francia donde se está cuestionando la viabilidad a futuro de todas las centrales nucleares de esos países.

En el entorno de Fukushima habrán nacido docenas de miles de conejos en las últimas semanas, docenas de miles de sin orejas, docenas de miles de evidencias de que la mutación del ser humano está próxima. Es la gran noticia que apaga la poca luz de las noticias menores, las que no interesan al periodismo porque no interesan a la ciudadanía. Después del terremoto más de 100.000 niños viven desplazados de sus hogares, viven fuera de su vida. Si te interesas por ellos no los busques en los informativos de las televisiones de España, el desorejado Bugs Bunny interesa más al periodismo:

btemplates

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pasaba por aquí

Para completar

Roberto dijo...

Lo tenía que poner, quizás de aquí a unos años haga mi tesis sobre "Periodismo y rigor" y será momento para anécdotas como esta:

Fukushima ya está aquí

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