La tele de todos (II) o de la crema de babas del caracol

Llevo 4 días mintiendo como un cosaco. Lo hago desde el pasado viernes, en La 2 (TVE) programaron un debate con mucha forma y poco fondo ¿Tenemos la televisión que nos merecemos?  Seis expertos iban a debatir, se nos anunciaba, sobre la realidad de la televisión en España. Excepto mi admirada Mariola Cubells aquello era para echarse a temblar. Cuatro días loando por un debate necesario, cuatro días perjurando por la oportunidad perdida.


Si has pinchado el vídeo quizás te pase, como a mí, que esperabas otras opiniones, opiniones de profesionales que sí saben la televisión que tenemos y saben de la televisión que nos merecemos. Hablo, por ejemplo, de Enrique Bustamante, de Agustín García Matilla o de Roberto Aparici. Con sólo respirar en el lugar que ellos respiraban aprendí más de televisión que en unas vacaciones de un mes que pudiera compartir con Jorge del Corral. El  Secretario General de UTECA (la patronal de las teles privadas) fue invitado al encuentro, cortesía obliga, para hablar del futuro de las radios y televisiones públicas en España. Jorge del Corral evitó el debate, no quiso repetir una de sus máximas:

El choque de trenes está a la vuelta de la esquina. Las teles privadas huelen la posible victoria electoral del Partido Popular y sus directivos están embelesados por esos cantos de sirena en los que el PP avanza que lo que le pone es privatizar todas las televisiones, aquí un altavoz de FAES.
Eliminaria las radio televisiones públicas en general"
Pretende UTECA del PP lo que ya le ha sangrado al PSOE. Engañaron a los socialistas y estos, ingenuos, le robaron la publi a TVE. Los grandes grupos de comunicación la exigieron "porque tenemos que poner a España en Europa y por ahí es necesario desarrollar la TDT". Y hoy la TDT no es más que un paseo nacionalcatodico  con paquetes de programas baratos y bloques de anuncios de cremas con babas de caracol.

P.D 1 : El salón en el que respiraban Bustamante, Matilla y Aparici ha abierto sus ventanas para compartir contigo su oxigeno. La tele es de todos, no sólo de los empresarios de la comunicación.

P.D 2 : Y aquí como me gustaría decirlo si supiera decirlo así.

P.D 3: Me reencuentro con una de mis frases de cabecera. Punto y final de esta entrada, habla Karl Popper:
La democracia consiste en poner bajo control el poder político. Es esta su característica esencial. En una democracia no debería existir ningún poder no controlado. Ahora bien, sucede que la televisión se ha convertido en un poder político colosal, se podía decir que potencialmente, el más importante de todos, como si fuera Dios mismo quien habla. Y así será si continuamos consintiendo el abuso. Se ha convertido en un poder demasiado grande para la democracia. Ninguna democracia sobrevivirá si no pone fin al abuso de ese poder... Creo que un nuevo Hitler tendría, con la televisión, un poder infinito.

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1 comentarios:

Por el año compartido dijo...

Algo hemos compartido de Mariola Cubells y hoy la he buscado por internet

http://www.vilanovadigital.com/serveis/arxiu/getfiledsource.asp?type=1&id=14200&year=2007&month=9

Dice cosas como:
Mariola, ¿qué es la telebasura y cómo sabemos cuando estamos ante este tipo de televisión?

Es una cuestión de piel y hay quien la tiene más fina. Cuando estás trabajando en un programa y tienes dudas de si estás haciendo bien o mal es evidente que es telebasura. Este tipo de televisión es una fábrica de malos ejemplos, estos programas tienen como objetivo tener audiencia, que es lícito, si no lo llenas de mierda. Cuando utilizas cualquier cosa para conseguir tu objetivo y ese tipo de cosas nunca querrías que te pasaran a ti o a la gente que tú quieres, también estás haciendo telebasura. Los que hacen televisión la hacen para otro tipo de público, una televisión que nunca consumiríamos, es una televisión elitista y déspota. No es difícil de entender que se hace exclusivamente por dinero, un minuto de un programa basura puede costar 300 euros y un minuto de una serie de calidad, vale 6.000. Basta con que la puesta en escena sea grandilocuente, eso hace creer al espectador que lo que se dice es importante.


Un saludo

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