Es el terreno que pretendo, el de los principios básicos. Caminando por ahí me encontré un día con Eduardo Galeano y tome su mano: “Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Las cadenas generalistas están dejando sola a TVE, ni siquiera pueden oler su estela. Antena 3 y Tele 5 pelean a cuchilladas por el segundo cajón del ranking, los de Cuatro y La Sexta ni están ni se les espera. Así acabó el 2010, casi los mismos datos que este febrero del 2011:
Estilo Barcelona, el de Messi, los informativos de TVE están aprovechando su momento. Semana a semana se demuestra que apostar por la calidad, además de arriesgado, puede ser una excelente inversión. Todavía queda liberarse de algunos lodos y no hay mejor manera de hacerlo que meterle un hattrick a la información.
TVE se lleva parte de sus telediarios a Egipto. Pepa Bueno, Rosa Molló y Érika Reija, ponen cara a un compromiso Muy bien en la forma, es necesario rascar más para llegar al fondo. Se pueden asumir más riesgos. Se puede incluso intentar contar qué ha pasado para que pase lo que está pasando. Puestos a arriesgar (el share lo permite) se puede incluso intentar informar de lo que pasará. Quizás sea ése un reto para otras legislaturas (¡que miedo!). Quizás ya no dé tiempo y si no da tiempo tendrán que pasar muchos años para verlo. Quizás nunca.
Y en esas reflexiones y con el ánimo de meterle un gol más al hattrick me acuerdo del maestro Kapuscinski:
Hoy en día, los medios de comunicación se mueven en manadas, como rebaños de ovejas; no pueden desplazarse de forma aislada. Por eso, sobre todo lo que se nos cuenta leemos y escuchamos las mismas informaciones, las mismas noticias (...) Porque el objetivo de todos los grandes grupos de comunicación no es el de ofrecer una imagen del mundo, sino el de no ser desbancados por otros grupos. Si luego, inmediatamente después, hay otro gran acontecimiento, todos se mueven en esa dirección, y todos se quedarán allí sin tener tiempo de cubrir otros lugares. Este es el modo en que el hombre medio se hace una idea de la situación mundial.
Y en la reflexión de Kapuscinski un deseo imposible de cumplir. Con Egipto de moda ningún gran medio se interesa por el norte de Argentina. En Tartagal, en la provincia de Salta, hay niños que mueren por desnutrición. Viviendo su particular y desgraciado "Los santos inocentes" los indigenas de la zona son sometidos a condiciones extremas de supervivencia. Los caciques de la zona quieren manos para trabajar la tierra, no quieren gastar en sus condiciones de vida. El proyecto "Somos uno" nos recuerda que Salta no debe estar tan lejos de Egipto:
Intento que mi vida no acelere, nunca. Intento vivir a 60 pulsaciones, siempre. Intento no ser igual y en ese esfuerzo pretendo, siempre que puedo, no parecer distinto.
Mi vida profesional, e intento que también la personal, va de la mano de una de las grandes frases que el genial director de cine Jonathan Demme nos regaló en la no menos genial "El silencio de los corderos".
“Principios básicos agente Starling” le decía el doctor Lecter a Jodie Foster. Y la vida es así. Los principios básicos nos mueven las emociones, nos hacen cercanos y queridos, quizás lejanos y odiados. Todo dependerá de cómo los sepamos administrar.
En la palabra, en la distancia corta, en la mano abierta, ahí se refugian las claves de nuestras vidas. Ahí todos somos iguales…y todos somos diferentes. “Se tú e intenta ser feliz pero ante todo se tú”. De Lecter a Charlie Chaplin.
Y así se forja mi vida (creo que también la tuya). Cuanto más creo saber mejor administro la sencillez. No es ninguna paradoja; administrar lo sencillo es terriblemente complejo. Los miedos y las inseguridades son ingredientes que forjan nuestra identidad, son parte del ADN del yo. ¡No hagas esto!, ¡no hagas lo otro!, ¡no molestes!, ¡no metas ruido!, ¡deja paso!, ¡no comas mucho!, ¡come más!, ¡anda más despacio!, ¡anda más deprisa!
A ver quién es el guapo que sale indemne de tanta ley. Y uno llega a los 40 (fue mi caso hace 6 años) y mira hacia atrás con el vértigo de todo lo que le queda por hacer si mira hacia delante. Esa máxima para quienes administran bien porque todos conocemos a muchas personas que a los 40 ya deciden cerrar la atalaya. Luego, ¡es normal!, se quejan porque el corazón se les llena de musgo.
Y en ese tránsito las circunstancias me llevaron a estudiar “Ciencias de la Información” (Universidad del País Vasco UPV/EHU), una de las carreras más ampulosas que conozco, etérea como el humo, más por vaga que por sutil. Cinco años de clases, que no estudios, a cambio de un título. “La información no sirve de nada si por ella no pasa la vida”.
Años después llegó Emilio Lledó (mi principal maestro). Con él una frase (la leída) puso en su sitio a los casi 30 enseñantes (ni profesores, ni maestros) que mal que bien se ganaron su sueldo en la Facultad. Encajado a Lledó ya no me interesa la información sin comunicación; ahí me empeño. Por lo menos el título me ha permitido 20 años de ejercicio profesional, siempre en la televisión pública de España (TVE). En esa práctica pretendo ser periodista. Si no llegó quizás me quede en comunicador; no es mala meta frente a quienes se conforman con ser licenciados.
Y en el otro tránsito, en el de los principios fundamentales, está la gente que ha decidido regalarme parte de su vida; Inma, Ander y Amaia. Principios básicos. Agua, tierra, aire y fuego.
2 comentarios:
Más ejemplos de que uno somos todos
¡ Qué poderoso es construir entre todos el conocimiento!. Aquí mi propuesta
http://www.elpais.com/especial/testigos-del-olvido/
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